jueves, 17 de junio de 2010

El problema de la fabricación de sillas o las clasificaciones en general

Las sillas se construían a mano, a su tiempo y en un determinado espacio, cada una era un individuo con una particularidad. Pero esto estaba fuera de control, a las sillas no se les sacaba provecho de esta forma. Entonces se empezaron a fabricar en serie, masivamente. Idénticas, uniformes, sin particularidad.


Mucho antes que esto algunas personas se pusieron de acuerdo y crearon la raza "silla". Nombraron silla a uno de los objetos (la mayoría de las veces) con cuatro patas que usamos para sentarnos. Sin embargo, creo que no podriamos decir que todas las sillas son iguales. A esto apunta la fabricación en serie de sillas, el objetivo es generar una identidad entre todas las sillas, describir absolutmente a la raza "silla" hasta que sea una verdad inalterable. DISCRIMINAR (de todo lo demás) a la raza "silla" para poder actuar pertinentemente cuando nos encontremos frente a ella, no darle ni una chance, al mínimo parecido, a la mínima porción de igualdad que tenga con ese estereotipo "silla"... Hacer el esfuerzo e identificarlo. Acercarse de a poco, con temor. No lo conocemos, no sabemos nada de él pero sin embargo se parece tanto a esa raza "silla" o quizás no, quizás hay algo que no me deja ver que puede ser diferente, quizás hay cosas que sesgan mi visión del mundo y no permiten que vea la multiplicidad. No sé, se que las sillas son para sentarse y que (en su mayoría) tienen 4 patas, pero SILLA no dice nada absolutamente verdadero del resto de las (llamadas convencionalmente) sillas del mundo.

sábado, 2 de enero de 2010

Lo cotidiano se vuelve mágico...

Ya despertamos una vez, ahora creemos descansar.
Estamos en siesta, lo sabemos.




...pero lo cotidiano se vuelve mágicamente cotidiano, porque la magia se vuelve cotidiana. Aveces la magia es explotación, otras veces opresión, inocencia, credulidad. Mágicamente la explotación se vuelve cotidiana y esto mágicamente se vuelve cómodo. Y no sólo eso, sino que luego se vuelve un objetivo de vida.
Pero lo cotidiano es la explotación, la explotación es opresión y la opresión aturde, entonces, lo cotidiano se vuelve repetitivo.
Sin dudas, hay magia en lo cotidiano, nuestra inocencia recide en no preguntarnos con que tipo de magia estamos jugando, recide en creer que toda magia nos vuelve niñ@s y libres.

La inocencia que nos hace niñ@s y esclav@s.